jueves, 8 de marzo de 2012

Atardecer

Ya llega, viene.
Nadie lo para.
Yo no lo puedo parar.
Ellos afuera, tampoco.
Nadie.
Con el caer de la tarde
un coche fúnebre
cruza la ciudad.
Extiende con el
una burbuja
de tiempo frenado,
quieto.
Con ella
un atajo de coches,
de familiares.

Me siento
triste y lejano.
Olvidado
con mi propia burbuja de tiempo.
Quieto.
Parado.

Ya llega, viene.
El atardecer
rojo
sangre.
El coche fúnebre pasa.
El tiempo,
de nuevo,
se desliza.
Lento y pastoso, se pone el Sol

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