Un día vendrá
un nuevo Cristo.
Un cristo hijo de dos carnes.
Vendrá a salvarnos,
de la segunda vida.
Vendrá, a condenarnos,
a la primera muerte.
A decirnos,
con voz desgarrada,
amarga de lágrimas
y brazos partidos,
"Hermanos,
aqui y ahora, no hay Dios."
Nos dirá,
"El único Dios es el hombre,
atesora pues a todos tus hermanos."
También dirá,
"No hay religión posible
para aquellos
que no necesitan
ser salvados.
Su única religión
será
el conocimiento"
Sólo dos mandatos dejará
"Buscad la alegría y trabajad por conservarla."
"Esparcíos por entre las estrellas,
como ceniza al viento."